En el marco de la detallada catalogación que ―con el permiso y el impulso de las autoridades del CCBEAEP, PP. Iván Lucero y Francisco Piñas― realizamos desde noviembre de 2020 en el archivo personal del P. Aurelio Espinosa Pólit (1894-1961), estudio que esperamos servirá de base para futuras investigaciones en favor de la cultura y la identidad nacionales, nos topamos hace algunas semanas con un legajo de documentos excepcional, que porta el título, de mano del P. Aurelio, «Correspondencia con Mgr. [= Monseigneur, es decir su tío el arzobispo de Quito y gran humanista Manuel María Pólit Laso], 1917-1929».
No es necesario hacerse eco de la emoción y del profundo interés con que abordamos la lectura de estas misivas entre un personaje ya consagrado de la cultura del Ecuador, con muchas publicaciones por aquel entonces en su haber ―el arzobispo Manuel María (1862-1932)―, y alguien que recién empezaba a poner su granito de arena en las letras nacionales, su sobrino Aurelio, S.J.
Quedó claro desde el principio en nuestra lectura, con pruebas documentales fehacientes, algo sospechado ya por otras fuentes, a saber, que en buena parte fue su tío Manuel María quien le dio a Espinosa Pólit el impulso inicial, con el espaldarazo de su apoyo decidido, a su dedicación al estudio y edición de los clásicos ecuatorianos y a la traducción de obras destacadas de la Antigüedad.
El contenido de una de estas cartas es de una importancia tan grande para la cultura del Ecuador que queremos compartirlo con todos ustedes aprovechando la fecha de hoy, 14 de septiembre de 2021, en que conmemoramos el 700.º aniversario del fallecimiento de una de las cumbres de la poesía universal, el toscano-italiano Dante Alighieri (1265-1321), clave de bóveda de la transición de la Edad Media occidental al Renacimiento.
Hace exactamente cien años, en el centenario dantesco del siglo pasado, el P. Aurelio, por amable instigación de su tío, inició la que sería su primera traducción literaria: la correspondiente a los 75 primeros versos del canto XXXIII del Infierno de la Divina comedia del «Sommo Poeta», que narran el macabro destino eterno del conde Ugolino. Esta traducción en verso aureliana, en tercetos encadenados con rima consonante como el original italiano, se publicó un año después, junto con un soneto original del P. Aurelio consagrado a conmemorar el primer centenario del prócer García Moreno, en el número correspondiente a marzo-abril de 1922 del Boletín Eclesiástico de la diócesis de Quito, con una presentación ―sin firma― debida a la pluma de Manuel María Pólit Laso, y fue reproducida, parcialmente, por Juan E. Vásconez en 1943.
Pero resulta que cien años después, con la carta inédita a la que hemos hecho referencia, aprendemos datos nuevos muy valiosos sobre esta muestra de los inicios del Espinosa Pólit traductor. Si los 75 versos hasta ahora conocidos del «conde Ugolino» fueron compuestos en 1921 y dados a los tórculos en marzo-abril de 1922, por esta misiva, fechada ―dato importantísimo― el 28 de junio de 1922, sabemos que el P. Aurelio continuó trabajando en su traducción incluso después de que esta fuera publicada; así, la carta nos informa de que Espinosa Pólit siguió consultando, con su tío y con el «Sr. Echeverría» (muy probablemente el intelectual ecuatoriano Juan Abel Echeverría, amigo personal del arzobispo Pólit Laso y después de su sobrino Aurelio), determinados aspectos de la traducción, la preferencia de tal término sobre tal otro, etc., con una honradez intelectual y un pundonor poético extraordinarios.
Pero, sobre todo, gracias a esta carta disponemos hoy no sólo de la versión final, con todas las correcciones aprobadas por el P. Aurelio tras la publicación de marzo-abril de 1922 ―como hemos explicado―, sino de la versión que podemos considerar completa de este episodio dantesco, pues, como explica Espinosa Pólit: «Así mismo, [tío Manuel María], por darle gusto he añadido al principio el comienzo del episodio. Pero, por más que me afané en ello, no creo valga gran cosa, ni que gane el trabajo con esa añadidura. Se la envío sin embargo para que vea mi buena voluntad, y disponga luego libremente de eso como de todo lo demás». Como podrán imaginar, queridos lectores, nuestra sorpresa, al leer estas líneas, no es para contada: ¡habían sido hallados 16 versos inéditos ―los últimos del canto XXXII del Infierno― de la traducción aureliana del episodio dantesco del «conde Ugolino»! Versos castellanos que, dejando aparte las tópicas expresiones de humildad del traductor, enriquecen el acervo literario del P. Aurelio Espinosa Pólit, S.J., y consecuentemente la cultura de nuestra nación.
Un informe científico completo de este hallazgo podrá hallarse en el volumen III ―«Lírica horaciana en verso castellano y otras traducciones»― de las Obras escogidas del P. Aurelio que, en edición del miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua Gustavo Salazar Calle, publicará próximamente el Centro de Publicaciones de la PUCE: allá podrán ustedes leer el texto recién hallado y hacerse cargo de todas las circunstancias históricas y literarias que le conciernen.
Gustavo Salazar Calle – José María Sanz Acera
(«los amigos del P. Aurelio», como fuimos
bondadosa y más que honrosamente calificados
pocas fechas ha por el personal del CCBEAEP)